miércoles, 19 de septiembre de 2012

martes 16 de marzo del presente 2010


Documezcal en el Palacio Bellas Artes.
Ciudad de México
XIV Encuentro Internacional
X Encuentro Iberoamericano de las mujeres en el Arte
Tejiendo redes: mujeres en el arte en el bicentenario
Los derechos de las mujeres (1810-2010)
Dedicado a Leonora Carrington
México-Estados Unidos-España
Rocío Díaz M.

En noviembre del 2006, el entonces gobernador Lázaro Cárdenas Batel solicitó una ampliación de la denominación de origen para el mezcal michoacano. El estado de Oaxaca impugnó la petición y en diciembre del 2007 el Secretario de Economía del Estado de Oaxaca, Enrique Sada Fernández, declaró que tal pretensión era una vacilada. Cumplir con los factores naturales y humanos es uno de los requisitos fundamentales para otorgar dicha denominación, es así que en un nada serio tono de vacilón, el señor Sada Fernández desconoció la herencia ancestral que mantienen viva 700 productores de mezcal en 29 municipios de Michoacán. Si ese recurso humano parece poco, habría entonces que señalar que nuestro estado y Guerrero cuentan con un factor natural único: el Agave Cupreata, especie endémica de ambas entidades que para el caso michoacano representa el recurso más demandado para la elaboración de la bebida. Entonces no somos iguales.
Por una lógica de mercado se ha negado a Michoacán el reconocimiento de una larga y sólida tradición mezcalera que ha sido el modus vivendi de muchas familias y que ha servido como aglutinante de los vínculos comunitarios, pues no hay que olvidar que el mezcal es ante todo una forma cultural y la lógica de mercado viene después, como una condición de posibilidad para seguir siendo. Negarle la denominación de origen a otros estados mezcaleros es una forma de desconocer la multiculturalidad de un país que no se agota en una sola entidad, sino que se afirma y manifiesta en un amplio abanico de semejanzas y diferencias. La denominación de origen del mezcal se ha manejado con un abierto desconocimiento a nuestra diversidad y nuestra historia, pues a lo largo de todo el territorio crecen las raíces del maguey.
Aunque se quiera ver como improvisados u oportunistas a los mezcaleros de Michoacán, su actividad se desprende de una larga tradición que ha sido documentada históricamente. Una tradición que se remonta a los albores del Señorío de Tangaxoan, tal como lo cuenta la Relación de Michoacán que habla del consumo del mezcal en las grandes festividades y costumbres culinarias de los seguidores de Curicaveri, el Dios del fuego.
El naturalista Alexander Von Humboldt, en 1804, da cuenta de la persistencia de la tradición mezcalera en el Ensayo Político sobre el reino de la Nueva España, en el cual refería que en la intendencia de Valladolid, hoy Morelia, se producía “un aguardiente muy fuerte que se destila del pulque y lo llaman mexical o aguardiente de maguey”. Gracias al explorador alemán sabemos que la venta de esta bebida estaba prohibida desde entonces porque dañaba “el comercio de los aguardientes españoles”; sin embargo, anotaba la persistencia de una considerable producción clandestina, pues el mezcal es la savia de la fiesta comunal, de la afirmación de los compadrazgos, de la consolidación de los cargos mayores en los pueblos indígenas.
El mismo José María Morelos sabía que el acto de compartir la esencia del maguey representaba ofrecer la esencia de la tierra y el esfuerzo de los pueblos, pues en documentos como el intitulado Sin perdida de instante, el Siervo de la Nación da cuenta de su afición al mezcal y de la importancia que podía tener para los acuerdos políticos al solicitar a su tio Antonio Conejo, que le enviará su aguardiente de mezcal, michoacano y no oaxaqueño claro está, puesto que tenía que tratar relevantes asuntos del supremo gobierno.
Todo proceso de transformación social que ha irrumpido en algún momento histórico de cualquier país, y al cual se le conoce llanamente como “Revolución”, conlleva también una transformación de las estructuras culturales de los pueblos. Este mecanismo opera a favor de revindicar los valores, las tradiciones, los elementos distintivos, significativos y representativos de una comunidad humana determinada, como un sustento simbólico e identitario con respecto a otra nación o cultura de la cual ese pueblo pretende emanciparse.
Durante la Revolución Francesa, por ejemplo, el pueblo procuró romper todo vínculo con la cultura dominante del sistema monárquico que había llegado a su ocaso para dar paso a la nueva era de los gobiernos republicanos. De allí que la transformación que los revolucionarios galos impulsaron operó desde las raíces mismas de los símbolos que los definían, con una nueva bandera, un nuevo himno (La Marsellesa), un nuevo modelo educativo (el arribo de la Enciclopedia) y la revindicación de los elementos culturales populares y tradicionales por encima de los usos y costumbres de las élites o de las clases altas de la nobleza en decadencia.
En todo ese proceso de transformación de la cultura francesa, las bebidas y la gastronomía no estuvieron exentas de modificaciones: sólo habrá que recordar que grandes revolucionarios como Robespierre o Danton bebían ajenjo en sus tertulias políticas. Insuflados por los efectos de aquella bebida espirituosa, fueron capaces de enarbolar las grandes teorías de transformación del estado, que fueron la simiente de las democracias.
Lo mismo podemos afirmar de otros procesos revolucionarios, como es el caso de la Revolución Rusa, en la que no pocos capítulos reseñados por los cronistas de la época señalan que Vladimir Ilich Lenin calentaba los decibeles de sus grandes discursos frecuentando una botella de vodka.
Otro tanto se puede afirmar de la Revolución Cubana, de la cual los documentos fotográficos nos muestran a un Che Guevara, a un Camilo Cienfuegos o a un Fidel Castro relajando los músculos después de arduas jornadas subversivas, llenado sus vasos con botellas de Ron.
En resumen, todos los grandes próceres y revolucionarios han acompañado su faenas libertarias con la ingesta de aguardientes. El aguardiente es pilar en el carácter mostrado por los héroes revolucionarios, y México no es una excepción.

Para ser fiel al contexto de este foro y a mi propia condición singular como ser humano, quisiera referirme a los profundos significados femeninos que pulsan en la tradición del mezcal. El propio maguey guarda en la porción más intima de su corazón, una cristalina gota de miel que es la metáfora visual más nítida del sexo femenino. Agua fecunda, que reconcilia con la dualidad masculina, que nos sumerge en el abrazo anímico de la madre subconsciente o que arrebata con la seducción de un impulso libre.
Aunque no está muy documentada la afición de las mujeres hacia el mezcal, quizá por las reprobaciones morales en distintas épocas históricas, los relatos históricos nos hablan de que el maguey y su savia, constituyeron una intima pulsión femenina de la cultura, pues el mezcal siempre ha estado relacionado con la fertilidad de la tierra y representa la fecundidad de la raza a través de sus mujeres. Las crónicas detallan la existencia de “un extraño y fuerte brebaje, con mucho cuerpo, que se solía tomar en honor a la deidad Mayahuel”, quien coció el maguey y forma parte del Panteón precolombino como la diosa del mezcal o maguey cocido.
Con la llegada de los españoles, el proceso de fermentación y destilación del caldo del mezcal alcanzó una producción más industrializada; pero al ser parte de las costumbres paganas de la veneración a las deidades indígenas, el mezcal sufrió la persecución moral de la Iglesia Católica, la cual lo tachó de ser un enervante que impulsaba a asumir posturas blasfemas ante el dios cristiano. Esa reprobación moral explica el silencio en torno al gusto que las mujeres pudieran tener respecto a esta bebida, pero no es difícil imaginar que en las conspiraciones independentistas las mujeres, presencias esenciales en las tertulias de Valladolid, hayan ensayado el ejercicio de la cata de mezcales y ni hablar de las adelitas revolucionarias, no las imaginó tomando te de azares en los campamentos de la bola.
Al final de mi intervención quiero invitarlas a romper ese histórico silencio en torno a nuestro gusto por atisbar una parte del subconsciente femenino de nuestra cultura ancestral, que se presiente en la degustación del mezcal, pero antes me gustaría que vieran un fragmento del documezcal.
Este documental pretende ofrecer un asomo a la historia del mezcal, los significados que el maguey tiene para la cultura ancestral, a donde ha llegado la tradición en el presente y particularmente en Michoacán donde la grandeza de esta bebida centenaria, radica en que mantiene esa pureza artesanal en su manufactura, que le da el distintivo del fuerte sabor que lo identifica y que se podría perder si llegara a industrializarse, como ha sucedido en algunos estados que gozan de la denominación de origen.
En la actualidad, dado el sincretismo entre la tradición indígena y los conocimientos de destilación aportados por los españoles, el proceso de producción del mezcal todavía mantiene la usanza de hace 200 años, es decir, un verdadero patrimonio tangible de las culturas indígenas o, si se quiere, un producto prehispánico vivo.
En las comunidades purépechas a orillas del Lago de Pátzcuaro, en particular en Oponguio, el secreto de hacer mezcal ha pasado por generaciones hasta llegar a don Miguel Pérez Resendiz, quien conserva los métodos de selección del maguey: el jimar las pencas; la extracción de las piñas; la preparación de la cama de piedra volcánica ardiendo para la cocción de las piñas; la medida del tiempo para la fermentación; la preparación del caldo del mezcal en el alambique y la destilación, partes fundamentales para generar un mezcal con mucho cuerpo y sabor fuerte y consistente.
No debe olvidarse que Michoacán y Guerrero poseen la tierra idónea para el nacimiento del agave cupreata, planta cien por ciento silvestre que no ha requerido de la clonación, como el agave tequiliana, y permite, por ello, mantener propiedades genéticas únicas en cada planta; es decir, un sabor y cuerpo naturalmente auténticos, sin que requiera de reposo y añejamiento, para que tome cuerpo la bebida.
Otros estados, igual Michoacán, conservan la tradición del mezcal en la raigambre más profunda de su cultura y debe reconocerse esa persistencia, ese afán por mantener viva una tradición y una actividad económica que se sustenta ante todo en el trabajo comunitario. Creo que semejante riqueza no merece ser remitida a la clandestinidad que implica no gozar de una denominación de origen. Pero aquí estamos hablando de cultura y tradición, algo que parece muy lejano de las lógicas del mercado. Gracias!


DOCUMEZCAL


Mezcal: memoria e identidad
La memoria construye y afirma una identidad. Un grupo solamente existe en la medida en que sus integrantes conservan y cultivan una memoria común. Por eso, en libros como la “Torah” (la Biblia judía, que es un caso extremo, pero familiar para nuestra tradición occidental), el mandato “¡zachor!” (“¡recuerda!”) aparece escrito 169 veces.
Siempre que la memoria cultural cae en el olvido, un grupo de personas desaparece, independientemente de que su existencia quede registrada o no en los libros de historia.
Los europeos que llegaron a nuestro continente a fines del siglo XV tuvieron esto muy en cuenta cuando, después de la ocupación del territorio mesoamericano, mandaron destruir todos los edificios y estatuas erigidos en los lugares conmemorativos de las religiones locales. La presencia o la ausencia, la vida o la decadencia de un pueblo, no dependen de su supervivencia biológica como grupo étnico, sino de la supervivencia de la memoria cultural que ese grupo comparte.
Por fortuna para nuestras raíces, la memoria de los pueblos indígenas no dependía exclusivamente de su religión, sino de una serie de imaginarios fuertemente entretejidos que se han conservado y reproducido a través de los más diversos canales: la lengua materna, las tradiciones y las fiestas, las costumbres cotidianas, la artesanía, el vestido, la comida y la bebida.
Una tradición que se remonta a los albores del Señorío de Tangaxoan, tal como lo cuenta la Relación de Michoacán, es el consumo del mezcal en las grandes festividades y costumbres culinarias de los seguidores de Curicaveri; las crónicas detallan la existencia de “un extraño y fuerte brebaje, con mucho cuerpo, que se solía tomar en honor a la deidad Mayahuel”, quien coció el maguey y forma parte del Panteón precolombino como la diosa del mezcal o maguey cocido.
El mezcal siempre ha estado relacionado con la fertilidad de la tierra y representa la fecundidad de la raza a través de sus mujeres.
Pero el sentido simbólico de la bebida y de la planta de la cual se extrae va más allá. Las crónicas guadalupanas detallan que, durante su tercera aparición en un Tepeyac repleto de magueyes, la Virgen entregó a Juan Diego una señal para fray Juan de Zumárraga, el soporte de ese mensaje fue un ayate que el indígena había hecho con fibras de maguey, lo que muestra que hace casi 500 años los indígenas nahuas y sus vecinos purépechas ya manipulaban las pencas de esta planta.
Hay que destacar que en la propia imagen sagrada y venerada de la virgen, el maguey es parte de la composición con que María de Guadalupe expresa piedad.
Con la llegada de los españoles, el proceso de fermentación y destilación del caldo del mezcal alcanzó una producción más industrializada; pero al ser parte de las costumbres paganas de la veneración a las deidades indígenas, el mezcal sufrió la persecución moral de la Iglesia Católica, la cual lo tachó de ser un enervante que impulsaba a asumir posturas blasfemas ante el dios cristiano.
Pese a todo, el mezcal logró sobrevivir. Claro, con la complicidad de los grandes hacendados españoles de la Colonia, quienes veían en el mezcal una bebida exótica y de asombroso potencial energético. Hablaban de él como “ese nutritivo fermentado del maguey”, añadiendo que le faltaba sólo un punto para ser tan alimenticio como la carne, ya que posee proteínas.
El maguey se asocia a la diosa Mayahuel, deidad del pulque. Todo hace pensar que Mayahuel fue un personaje real, divinizado por descubrir el aguamiel. De hecho, en los rituales mexicas, una de las cuatro esclavas que se sacrificaban en la fiesta de Tepelhuitl era llamada “Mayahuel”.
Sin embargo, dado su origen indígena y su propia manufactura, en comparación con otras bebidas como el tequila, el mezcal ha sido marginado a lo largo de los años con la llegada de los procesos industriales y del mercado, al grado que Michoacán no ha podido obtener el certificado de denominación de origen, en razón de que el proceso de producción del mezcal no ha abandonado su origen artesanal.
Parte fundamental de la grandeza de esta bebida centenaria es que mantiene esa pureza artesanal en su manufactura, que le da el distintivo del fuerte sabor que lo identifica y que se podría perder si llegara a industrializarse.
En la actualidad, dado el sincretismo entre la tradición indígena y los conocimientos de destilación aportados por los españoles, el proceso de producción del mezcal todavía mantiene la usanza de hace 200 años, es decir, un verdadero patrimonio tangible de las culturas indígenas o, si se quiere, un producto prehispánico vivo.
En las comunidades purépechas a orillas del Lago de Pátzcuaro, en particular en Oponguio, el secreto de hacer mezcal ha pasado por generaciones hasta llegar a don Miguel Pérez Resendiz, quien conserva los métodos de selección del maguey: el jimar las pencas; la extracción de las piñas; la preparación de la cama de piedra volcánica ardiendo para la cocción de las piñas; la medida del tiempo para la fermentación; la preparación del caldo del mezcal en el alambique y la destilación, partes fundamentales para generar un mezcal con mucho cuerpo y sabor fuerte y consistente.
No debe olvidarse que Michoacán y Guerrero poseen la tierra idónea para el nacimiento del agave cupreata, planta cien por ciento silvestre que no ha requerido de la clonación, como el agave tequiliana, y permite, por ello, mantener propiedades genéticas únicas en cada planta; es decir, un sabor y cuerpo naturalmente auténticos, sin que requiera de reposo y añejamiento, para que tome cuerpo la bebida.
Don Miguel Pérez Reséndiz, cuyas manos han forjado una historia mezcalera, es un guardián de esa planta. A lo largo de 40 años, ha destilado miles de litros de la bebida, sin que ello haya significado una explotación irracional del maguey, anteponiendo por encima de todo la sobrevivencia de la planta y manteniendo, esencialmente, la tradición artesanal de la bebida.







Oración DOCUMEZCAL


oración DOCUMEZCAL:
guión poético de LuisMiguel Velázquez



México: el ombligo del maguey, el lugar de la liebre magueyera, la nación que se forjo en el lago, alrededor del águila y la serpiente que encontró mecitli, el conejo de maguey, el guerrero que fue creado en una penca de agave.
México: el ombligo de la luna, el cuenco de mezcal perlado de espuma como la luna llena.
El mezcal es una bebida lunar: la luna dice cuando cortar las piñas que son el vientre fértil del agave cuando las abandona mexi, el Dios Xiote que les crece en las entrañas.
Agave, en griego antiguo significa admirable. Agave cupreata, el maguey michoacano que viste de cobre sus espinas, una piel morena como la de sus guardianes, los hombres y las mujeres que todavía cultivan el pulque artesanal.
En la nación del rey Tangaxoan los ancestros purépechas bebían el licor cultivado de la penca de agave cupreata, en el rito de la madre que los amamanta la Diosa Mayahuel.
El mezcal es un elemento lunar, una bebida en femenino ritual de la virgen Guadalupe y su resplandor como pencas doradas de maguey, ella lo bendice su luna creciente en el ayate de Juan diego, en las fibras de maguey trenzadas y atestiguando desde ahí el destino del mundo.
Como a todo lo nacido de la tierra, lo bendice Deméter y su descendencia de mujeres fértiles. Lo bendice Mayahuel, la de las cuatrocientas tetas, la mujer que un día coció el maguey para darnos el mexcalli y raspó el centro del agave para sangrar el aguamiel la diosa que preside el panteón precolombino de la embriaguez.
Mayahuel y su corte de cuatrocientos conejos: acolhua, colhuantzincatl, cuatlapanqui, chimalpanecatl, ixtliton, izquitecatl, pantecatl, tepoztécatl, tetlahuiani, tlaltecayohua, tlihua, toltecatl, tomiyahuh, xichimechpotli. Las cuatrocientas o infinitas formas de embrigarse: el que se ahoga de borracho, el que se vuelve fuerte, el que se rompe la cabeza, el que se desvela, la mujer que se emborracha….los cuatrocientos conejos de la corte de Mayahuel, las liebres magueyeras que protegen o enloquecen a los borrachos. Los Dioses del mezcal.
En la ceremonia de fuego nuevo, a los niños y a las mujeres se les cubría el rostro con mascaras de maguey para evitar que se convirtieran en fieras y devoraran a los hombres. Los fantasmas que se capturaban en las noches debían pagar su rescate con espinas de maguey, mismas que se convertirían en cuerpos de guerreros vencidos en el día.
nuestros padres mexicas encontraron sustento diario del vientre materno del maguey en su aguam iel generoso fecundado por la semilla molida de nuestro padre maíz, un atole de vida envuelto en la miel del agave como en un dulce liquido amniótico
Crecidos en el ombligo de la luna, mexicanos y mexicanas somos arboles de la vida, alimentados por la fuerza nutriente del maguey, la planta que casi es carne: bebidos de mezcal y comidos de agave, nos corre la tradición por las venas.
Guárdanos, protégenos, nútrenos. Recuérdanos el presente, aligéranos el futuro. Cuídanos de olvidar quienes somos, revístenos con la elegancia de los rituales y dale cuerda al reloj de nuestro tiempo lunar. Danos ,memoria, danos fuerza y danos rumbo. Tenemos sed de encontrarnos a nosotros mismos.



miércoles, 5 de enero de 2011


III FÓRUM UNIVERSAL DE LAS CULTURAS
VALPARAISO CHILE 2010
DOCUMEZCAL
Dentro del marco del III Fórum universal de las culturas celebrado este 2010 en el puerto de Valparaíso Chile, el Documezcal se pronunció una vez más y de manera universal como una de las bebidas más importantes del pueblo mexicano, joya gastronómica de los pueblos de México. Michoacán brilló al sabor de ¨el Peñasco¨ mezcal de Queréndaro de, el maestro Isidro Rodríguez Montoya, mezcal ¨La Perla de Tzitzio¨ de, el maestro José Guadalupe Pérez Toledo y ¨el Etucuareño¨ marca colectiva de la región del pueblo de Madero.
Sábado 27 de Noviembre 2010
Compartiendo pabellón Cuba y Michoacán brindamos degustación y muestra de los destilados regionales.



Con una creciente afluencia de curiosos, jóvenes, niños, adultos, artistas, catadores y porteños
degustamos Mojito a lo DOCUMEZCAL


Domingo 28 de Noviembre 2010
Esquinada Ramón Martínez Ocaranza y Pablo Neruda
Fundación Pablo Neruda
Casa museo
Isla Negra / Chile
Entrega de un DOCUMEZCAL para el acervo de la fundación y a manera de presente y agradecimiento obsequiamos a nombre del colectivo (COTACUM) una botella de mezcal
en manos de Carolina Rivas Dir. Casa Museo


Miércoles 1 de Diciembre 2010
Visita a la viña Santa Laura
Intercambio de conocimientos ¨documezcal¨ ¨viña ¨Santa Laura¨ y Álvaro Míres



Autor: Álvaro Míres


Jueves 2 de Diciembre 2010
Visita a la Biblioteca Popular Salvador Allende
Sector Alta de los cerros.
Intercambio de documentales
DOCUMENTAL BICENTENARIO ¨compañero Yuri¨ el revolucionario que vende completos con conciencia
se entregó para el acervo de la Biblioteca 1 DOCUMEZCAL


Domingo 5 de Diciembre 2010
Muestra de Cine - Trolley
La Gestoría (centro cultural y estudios turísticos)


qué te pareció el fórum?

Pregunta el entrevistador para un documental que se realizaba para difundir el encuentro
DOCUMEZCAL responde:
- Como todo evento tiene su lado bueno y malo, en lo particular me parece un foro muy importante por su proyección a nivel mundial, con una importante afluencia de trabajadores de arte del mundo y al ser un participante más, es un regalo muy especial.
Dónde realizaste el documental?
- En varios pueblos de Michoacán, Puebla, México D.F.
Cómo es que llegaste al III Fórum Universal de las Culturas?
- Soy parte de un colectivo de trabajadores de arte y cultura del Estado de Michoacán COTACUM desde hace más dos años. Construimos un puente cultural a través de la Fábrica de artes y oficios de Michoacán del cual hemos realizado el primer encuentro de Arte y Pensamiento Iberoamericano. El puente cultural inicia en Chile y es un privilegio estar aquí proyectando en un transporte público, donde nadie espera la proyección de cortos y el documezcal.

De manera breve de qué trata tu documental?
- El documezcal es un proyecto de cocción lenta que comenzó en el año 2002, tomó seriedad en el año 2005. Obtuvo un apoyo por parte de gobierno del Estado de Michoacán a través de la Secretaria de Cultura de Michoacán para ser terminado en el año 2007.
En voz de los artesanos que lo producen y quienes han hecho de esta bebida una forma de vida. En una conversación sobre sus orígenes y su relevancia gastronómica, el Documezcal se pronuncia a favor de la preservación del proceso artesanal de fermentación y destilación, así como de la recuperación de su valor cultural


El DOCUMEZCAL es un producto artesanal de consumo para el pueblo hecho a píe, íntimo para la conciencia y esencia que es un destilado del pensamiento humano.

Michoacán sin gozar de la D.O. denominación de origen, manifiesta en este documental el consumo de mezcal de Morelos, nuestro héroe nacional, un consumidor, un bebedor de mezcal Michoacano y manifiesta un legado ...